Unión Energética Europea

El pasado día 15 de julio, la comisión europea propuso un “nuevo acuerdo”, dirigido principalmente a los consumidores de energía, basado en una serie de propuestas que otorgan mayor protagonismo a la eficiencia energética partiendo de un rediseño del mercado de la electricidad y de la revisión y simplificación de la etiqueta energética, la eficiencia energética se convierte en el eje de la Unión Energética Europea.

La Unión Energética refuerza su estrategia para impulsar la eficiencia energética y conseguir así reducir la contaminación, generar ahorro al consumidor y minimizar la dependencia de las importaciones de combustibles fósiles de la UE.

Desde la introducción, hace más de veinte años, del etiquetado energético, este ha evolucionado notablemente, volviéndose mucho más complejo, por lo que la Comisión propone volver a la original escala de etiqueta energética diseñada desde la letra A a la G con un diseño más sencillo y comprensible para el consumidor, para que puedan tomar decisiones más consistentes que además favorezcan su economía y el ahorro de energía.

Por tanto, el objetivo de esta nueva estrategia es que los consumidores lleguen a comprender la información relativa a la compra venta de energía en los mercados mayoristas a través de normas de facturación y publicidad más claras y con el apoyo de herramientas de comparación de precios. Además los consumidores podrán generar y consumir su propia energía en condiciones justas con el fin de ahorrar dinero, ayudar al medio ambiente, y garantizar la seguridad del suministro.

De esta manera se concluye que dicha estrategia se basa en tres pilares fundamentales:

  1. Los consumidores deberán ayudar en el ahorro energético y por tanto económico a través de una mejor información.
  2. Los consumidores deberán disponer de una oferta más amplia en el momento de elegir su participación en los mercados de la energía.
  3. Se deberá mantener el más alto nivel de protección al consumidor.

Con todo ello, la Unión Energética pretende alcanzar los objetivos climáticos y energéticos propuestos para 2030 y que la Unión Europea se convierta en líder mundial de energías renovables.

En este contexto, y para que esos objetivos se cumplan satisfactoriamente, se deberá transformar el sistema eléctrico de Europa en uno similar al actual pero capaz de satisfacer las expectativas de los consumidores, aprovechar las nuevas tecnologías, facilitar inversiones en energías renovables, contribuir a la reducción de emisiones de carbono y reconocer la interdependencia de los estados miembros de la UE en lo que respecta a la seguridad energética.

 

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