Post en colaboración con Urbangas

Una de las cosas en las que no se suele pensar a la hora de construir o reformar una casa o un piso es en el tipo de caldera de gas que se necesita. Esto hace que en muchas ocasiones se acabe por poner un modelo sin haberse parado a reflexionar sobre cuáles son las necesidades caloríficas de la vivienda en la que se va a instalar.

En el mercado existen diferentes tipos de calderas que no sólo se diferencian en su configuración o espacio que necesitan, sino también, en otras características como puede ser la potencia, medida normalmente en kW. De esta forma, encontramos en el mercado modelos que son aptos para viviendas con grandes superficies y mal aislamiento mientras que otros resultan más apropiados para viviendas pequeñas pues tienen una potencia menor.

La parte negativa de decantarse por una caldera de gas de poca potencia es que la capacidad de calentar una casa será menor, mientras que, la parte buena es que el gasto que se haga también será menor. De ahí la importancia de escoger una caldera que se ajuste a las necesidades reales de la vivienda en la que la queremos instalar. Por eso es necesario tener en cuenta una serie de parámetros como pueden ser, por ejemplo, si la caldera va a tener como único cometido el aportar el agua caliente para el servicio de calefacción, o si por el contrario, y como suele ser habitual, además del servicio de calefacción también debe aportar el agua caliente sanitaria consumida en la vivienda. Esto es determinante, ya que en viviendas, lo normal es que la mayor exigencia venga por el servicio de agua caliente sanitaria y no por el de calefacción, mientras que en otros tipos de usos puede ser al contrario.

De cara a determinar la potencia que necesita tener la caldera de gas en calefacción, algo vital, son las necesidades caloríficas de la vivienda que vienen dadas en una parte por la propia extensión de la misma (una vivienda mayor necesitará una mayor potencia) y, por otra, por las características térmicas y energéticas de la vivienda y de las que es posible tener una idea mirando el certificado energético. Así, una vivienda con un certificado energético con valores muy negativos, necesitará más potencia que otra que tenga una buena calificación pues aprovechará mejor el calor.

Calderas de condensación Ferroli, la excelencia en calderas

Sin duda, dentro de las múltiples opciones que se pueden encontrar de cara a instalar una buena caldera de gas, una de las que hay que tener definitivamente en cuenta son las calderas de condensación Ferroli, pues son uno de los modelos del mercado que presenta una de las mejores relaciones calidad-precio de todos y que vienen en diferentes tipos de modelos para que se pueda escoger la potencia deseada.

Así, por ejemplo, las calderas de gas de Ferroli tienen un modelo menos potente de 24KW, ideal para cuando las necesidades caloríficas son reducidas; otro de 28 KW que vendría a ser de una gama media y, finalmente, el más potente de una potencia de 34 KW totalmente apto para calentar los hogares más extensos y con menor eficiencia energética, gracias a su tecnología puntera y a sus altas prestaciones.

Albert Canovas / Dir. Técnico Urbangas

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