Las calderas de biomasa son una solución eficaz y sostenible para la renovación de instalaciones térmicas en comunidades de vecinos que disponen de calefacción centralizada.

Y es que la biomasa puede proporcionar calefacción y agua caliente sanitaria a un precio más económico y estable que el gas o el gasoil, reduciendo, además, las emisiones de CO2 a la atmósfera.

Este ahorro energético hace posible que la inversión inicial se pueda amortizar en pocos años.

Cuanto mayor sea la demanda energética más rentable es su instalación. Así, en un edificio de viviendas que necesita calefacción y ACS la biomasa es una opción muy recomendable, si además tiene una piscina climatizada, la biomasa es una opción ideal.

Para atender esta demanda es necesario una caldera de mediana o gran potencia, generalmente de más de 70 kW o bien una instalación en cascada.

Sea cual sea la opción, para este tipo de instalaciones es necesario que un técnico realice un proyecto donde se evalúen todos los aspectos, incluyendo si el suministro de biomasa está garantizado a un precio competitivo y si hay suficiente espacio disponible para una instalación de biomasa. Y es que es imprescindible disponer de una sala de calderas lo suficientemente grande para colocar la caldera y un posible depósito de ACS, así como de un espacio independiente pero próximo a la sala de calderas donde almacenar el combustible (o al menos, que exista la posibilidad de construirlos).

También es necesario evaluar el método de suministro y transporte de la biomasa, asegurándose de que el vehículo encargado de transportar la biomasa pueda acceder al lugar donde se va a almacenar el combustible.

Las calderas de biomasa para instalaciones de este tipo son calderas policombustibles, lo que significa que, además de pellet, pueden utilizar otros combustibles sólidos como cáscaras de frutos, orujillo o astillas (según el modelo).

Según sea el tipo y la cantidad de combustible, su transporte y descarga serán de una forma u otra y requerirán unas condiciones concretas.

Finalmente, también habrá que tener en cuenta las servidumbres de la caldera debido a la necesidad que tienen estos equipos de depositar grandes cantidades de ceniza procedentes de la combustión.

En este punto, existen dos opciones: calderas con parrilla fija y calderas con parrilla móvil. Las segundas están diseñadas para que sea más cómodo recoger las cenizas.

El técnico es quien deberá decidir qué caldera y qué tipo de instalación es más apropiada en cada caso.

Si eres presidente de una comunidad de vecinos o propietario de un edificio de viviendas y deseas instalar una caldera de biomasa, cuenta con Ferroli.

Disponemos de calderas con potencias de hasta 4.100 kW como la gama ARES, que tiene la última tecnología y todo tipo de accesorios para adaptarse a cualquier instalación.

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