Almacenaje de energía renovable: el primer paso para conseguir objetivos climáticos
Como ya sabemos, las energías renovables ganan terreno rápidamente y la clave para estabilizar su uso, por encima de los combustibles fósiles, está en su capacidad de ser almacenada.
Lograr el correcto almacenaje de la energía “verde” supondría un gran avance en la consecución de la evolución energética que tanto esperamos, así como una gran ayuda para que los países de la UE puedan cumplir los objetivos acordados en la cumbre del clima de París, en la que se acordó que la temperatura del planeta no podría aumentar más de dos grados.
“Si se consigue este gran reto, las energías renovables conseguirán ganarle el pulso al carbón en el sistema eléctrico, incluso sin la necesidad de las actuales subvenciones, ya que estas son un apoyo para que la nueva tecnología comience a despegar hasta ser más competitiva, pero cuando esto sucede, como ha ocurrido ya en muchos países, las ayudas no son necesarias. Eso sí, siempre y cuando no se siga subvencionado por otra parte a los combustibles fósiles” en palabras de Luke Sussams, analista de la organización internacional Carbon Tracker, experta en riesgo climático en los mercados financieros.
Podemos pensar que la caída del precio del petróleo puede hacer peligrar esta transición energética, pero Sussams está convencido de que esto no sucederá, como lo demuestran los 329.000 millones de dólares de inversión en nuevos proyectos de energía limpia en 2015.
Aunque hay mucha incertidumbre con respecto a si todos los países harán suficientes esfuerzos para cumplir los objetivos de reducción de las emisiones, Sussam no cree que la reducción del precio del petróleo sea un inconveniente para que esto suceda.
En este sentido, para que se cumplan los objetivos propuestos, gran cantidad de las reservas de combustible fósiles deberán permanecer intactas, así como dejar de investigar nuevas fuentes. En cambio, sí se debería dedicar trabajo a aumentar la demandad del uso de las renovables.
Y en eso están trabajando ya todos los países. Las grandes favorecidas por estos fondos dedicados a este objetivo serán, sin duda, las tecnologías verdes y la eficiencia energética.
Según las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), las energías verdes atraerán el 59% de las inversiones destinadas al sector energético en la próxima década, llegando a dos tercios entre 2026 y 2040.
Estas inversiones harán que las tecnologías avancen rápidamente y resuelvan algunos de sus problemas actuales, como es el caso del almacenamiento de este tipo de energías.