Una buena alternativa es la instalación de calderas de condensación. Éstas son consideradas aparatos de alta eficiencia energética y se puede conseguir ahorrar hasta un 30%. Estas calderas aprovechan el calor latente de la combustión al realizar un cambio de estado de gaseoso a líquido, aprovechando al máximo la energía producida en la combustión. Estas son las principales ventajas de calderas de condensación:

  1. Ahorro en la factura del gas, con las nuevas calderas puedes conseguir un ahorro energético de entre un 15% y un 30%  en la factura del gas.
  2. Mayor eficiencia energética, ya que el tipo de tecnología que utilizan las hace aprovechar todo el poder calorífico del combustible utilizado (el P.C.S), mientras que las de no condensación únicamente utilizan parte de este poder calorífico (el P.C.I), con lo que aprovechan también como ya  decíamos el calor latente de combustión (no solo el calor sensible).
  3. Menos emisiones de CO2 y NO, estas emisiones se reducen de forma muy importante por su mejor sistema de combustión, su mayor rendimiento y su menor consumo de combustible.
  4. Reciben subvenciones, los planes de incentivos del 2014 contemplaron una ayuda para cambiar a la caldera de condensación.
  5. Son muy silenciosas.
  6. Disponen de un intercambiador de calor especialmente diseñado para generar un mayor rendimiento y menores partículas contaminantes a la atmósfera.
  7. Tienen un mantenimiento sencillo, rápido y muy efectivo.